Cuando desaparecí y otras historias




Paquita, radio mocho

Dígame señora ¿de qué conoce usted al desaparecido?
¿Gabriel? Pues claro hombre, son ya cuatro años que una pasa el mocho en ese cochino internao
Hábleme de él
Paquita enciende un cigarro y se acomoda en el asiento. Enfrente, el inspector la mira distraído fijándose en los restos de esmalte rosa de sus uñas, casi borradas.
El canijo ultimamente tenía mu malas pulgas—añade muy seria—buenos sopapos le ha dao el padre Casiano, noniná.. pero éste el demonio lo tenía metío bien aentro.
¿Qué quiere decir?
Pue eso, sataná
El silencio general en la comisaría hace que algunos rostros, curiosos, se vuelvan hacia la mujer.
Explíquese
Fijese que la víspera de desaparecer el muchacho se retorsía tirao en el piso. A grito pelao y como un poseío, como la niña del exorsista, igualito. Eso no me lo he inventao yo, ¿sabe usted? lo vió toquisqui.
¿Se refiere al suceso de la sacristía?
¡Verdá! Yo misma lo he visto con estos ojos. Estaba el padre Rafael con el muchacho, dándole el catecismo.
¿Y usted, también estaba allí presente?
Yo andaba arreglando unas flores en la capilla cuando escuché el griterío. El padre Casiano y los muchachos llegaron antes. Parese que la puerta no se abría, que estaba atrancá.
¿Con llave?
Que sé yo... cuando llegué ya me econtré la puerta abierta y al niño retorsío en el piso, a lágrima viva.
¿Y cuando fue la última vez que le vió?
El mismo día que desapareció, por la mañana. Coloraíto se puso cuando me dio el poema— busca a tientas en el interior de su bolso y extrae una hoja de papel—échele un ojo y verá que arte.


El Arcángel Gabriel

—¡Hola miarma! ¿Qué traes ahí escondío?
Gabriel enrojece hasta las orejas y le tiende una hoja de papel plegada en dos.
¡Un poema! Gabriel tú sabes que nunca a esta servidora le han dedicao uno. ¡Tú eres el primero!
Dejame ver...

Dulce arcángel caídoPaquita,
mecidoa entre mis brazos,
para éxtasis de mis sentidos
que no entienden de pecado

Por la noche un alma trémulaPaquita,
se quiebra bajo mi sábana
y el llanto no disimula,
si no sueña con su hada

Dulce arcángel prisioneroPaquita,
sueñas con fugarte al alba
e imploras al carcelero
que te devuelva las alas


—Es mu lindo. Pero éste no lo has escrito tú, ¿verdá?
Sí, claro. Dedicado en exclusiva a ti ¿no ves que pone Paquita en tres sitios?
—¡Ah sí, es verdá qué tonta que soy!rie disimulando—yo también tengo algo para tí ¡toma ésto!—dice, enseñándole un envoltorio—te he comprado unos cromos, como ayer llorabas tanto...
El niño le devuelve una mirada triste y se aleja cabizbajo al tiempo que desembala dos cromos.
Gracias Paquita—le grita ya a lo lejos.

¡Maradona repetido!

¡¿Dos veces Maradona?! Ni de coña
¡Os lo juro! Justo quedaramos hoy en el recreo para hacer el intercambio. Uno de sus Maradonas por dos de los míos—dice Lolo.
¡sshhhh!
Todos guardan silencio y se miran en la oscuridad del cuarto sólo interrumpida por la ténue luz de las cinco linternas.
¿jurais que lo que aquí se diga será secreto?—susurra Lolo, el cabecilla.
Sí, mi comandante—todos a la vez
El caso es que Gabi no vino al intercambio—añade Lolo— fui a preguntarle a Paquita, la radiomocho y me ha dicho que está desaparecido.
Pobre Gabi...—solloza Manu
¡No gimas marica!—le interrumpe el cabecilla—¡los soldados no lloran!¿qué hacen los soldados?
¡Luchan!—todos a la vez
Igual había que ir a la policía...
¡sshhhh!


Paquita Holmes

¡Vaya! Lo siento por usted...todo un fiasco sentimental el suyo.
¡Menos guasa, inspector! Yo de poemas no entiendo ná pero ése ya lo había visto en otra parte, en el escritorio de alguien, estaba yo pasando el mocho...
¿Con que fisgoneando en la propiedad ajena?
Estaba el cajón medio abierto y andaba una con la mosca detrás de la oreja...
Soy todo oídos
Había un cromo, de esos que coleccionan los muchachos, bien podría ser el que yo le regalé a Gabi. Me pareció raro que lo tuviese el padre Rafael.
El inspector se agita nervioso en su silla, se levanta y camina hacia la ventana como intentando recordar algo que alguien le dijo. Al fin se para frente a la mujer.
Acerca del cromo...sólo dígame una cosa, ¿era Maradona?



¡Trato hecho!

¡Gabi! ¿qué haces ahí escondido? ¡Te estuve esperando en el recreo!dice Lolo mientras sostiene la puerta de su armario¿Has traído a Maradona?
El niño que está dentro del armario lo mira inexpresivo.
¿Sabes que todos te están buscando? Y la policía se ha llevado al padre cochino...dice mientras saca dos cromos del bolsillote lo cambio por Butragueño y Michel ¿qué me dices?
El niño lo mira y esboza una tímida sonrisa.
Ya puedes hablar Gabi, él no te oye....