Nada molesta más que un invitado que se demora en partir. O uno que se
zampa todos los bombones y luego ríe con la boca llena. Eso debe pensar la
abuela justo antes de hacerlos desaparecer. Visto y no visto. ¿Qué me dicen de
los que llegan por sorpresa? Si son simpáticos quizás puedan conquistar el
asiento. Pero ¿Y los que hablan de política? Esos se esfuman de su mesa más
rápido que lo que tarda en enfriarse el café. Ni rastro. Salvo por el polvillo
que dejan una vez desaparecidos y que la abuela se apresura en barrer hacia una
esquina. Lo mejor, dice, es reencontrarse por casualidad con la vecina o el
primo esfumados el día antes. Todo son miradas bajas. Medias voces. La vergüenza
los embarga al no poder recordar como hicieron el camino de vuelta a sus casas.
Los pobres incrédulos nada sospechan acerca de los superpoderes de la cafetera.
Se creen más bien teletransportados por los beneficios del chinchón que la
abuela, muy astuta, solía colocar encima de la mesa, a modo de chivo
expiatorio. Digo “solía” porque peores resultaron los efectos sobre los
malogrados que osaban echarle unas gotas de la botella al café. Como la abuela
no es una desalmada, ha optado por esconderla a las visitas. Ya que es bien
sabido que, en esos casos, el GPS de la cafetera fallaba y raramente se esfumaban
a sus casas. De esa imprecisión en la
latitud da buena cuenta la tía Rita que, por echarle un buen chorro al café, apareció
en Tenerife. Claro que el daño no siempre es proporcional al grado de
inclinación de la botella de chinchón sobre el café. Si no que se lo digan a la
tía Asunción que, con una ligera desviación de la botella, y en consecuencia de
latitud, fue a parar a la casa del vecino. La mala suerte quiso que éste
acabase de salir de la ducha y que en ese momento entrase su mujer por la
puerta encontrándose al marido ataviado con una toalla en compañía de la vecina…
ja, ja, ja!!!! La abuela confabulada con la cafetera, para hacer desaparecer a los huéspedes cargosos. ¡Y la mala suerte de la tía Asunción! Buenísimo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias beba! Me alegra que te rías con el. Un abrazo compañera!
EliminarQué bueno, hola Araceli, me he divertido con tu historia, ese GPS de la cafetera, valiente inventiva jeje, pero tenerla en casa para hacer desaparecer determinadas visitas jajaja. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Emerencia! La idea nace de las sobremesas soporíferas que todos sufrimos en silencio alguna vez jaja. Un abrazo compañera!
EliminarQué lío puede provocar un poco de licor al GPS de la cafetera, que embriagado, enviaba a las visitas poco soportables al lugares inesperados, lejanos o inadecuados.
ResponderEliminarMuy original esa cafetera con poderes mágicos, muy simpático y bien narrado el micro.
Besos, Araceli.
Gracias Mirella! Me alegro que te haya gustado. Un abrazo compañera!
EliminarBuena imaginación creando esta mágica cafetera tan moderna con el GPS incorporado y listo para el teletransporte de molestas visitas... Aunque la pobre tía Asunción, nada menos que fue testigo de la infidelidad de su vecino y del "sorpresón" de su mujer... ja,ja,ja
ResponderEliminarMe ha gustado tu micro, Araceli, escueto, original y divertido.
Un abrazo.
Gracias Estrella por pasarte por aquí. Un placer haberte arrancado una sonrisa. Un abrazo compañera.
EliminarJeje, qué bueno, Araceli! Divertidísimo.
ResponderEliminarGracias Marta por pasarte. Un abrazo.
EliminarHola, Araceli.
ResponderEliminarOriginal y divertido, y un poco temible, je, je, je
Pobre tía Asunción, :) O cualquiera, mejor que no reciba más visitas.
Un abrazo.
Gracias Irene por pasarte. Un abrazo compañera.
EliminarJo, ¿y dónde dices que venden esa cafetera? Mi padre me contaba que un pariente suyo solía decir "vamos a acostarnos que esta gente quiere marcharse" para despedir a las visitas que no había manera de que se fueran.
ResponderEliminarMuy divertido y un objeto mágico en toda regla con un uso práctico incuestionable. Gracias por participar en este reto que has superado ampliamente. Un abrazo, Araceli!
Gracias David. Es muy buena la frase de tu padre jaja! Creo que voy a adoptarla a falta de una cafetera con poderes. Un abrazo compañero!
EliminarY yo que te estoy leyendo, Araceli, con un café mañanero!!! y el mío debe tener tambien GPS pues como por arte de magia me ha trasladado a la sala de recibir de la abuela, y he visto a las pesadas visitas y lo sifícil que resulta echarlas. Bien por la abuela!!!!!
ResponderEliminarUna historia simpática Araceli.
Hola Araceli, esa frase inicial "Nada molesta más que un invitado que se demora en partir", creo que solo la supera un "No invitado que tambien se demora en partir", ja, ja.
ResponderEliminarEsa greca (cafetera) si que sería el objeto por excelencia en muchos hogares...
La frase que menciona David, tambien la usaban mis abuelos paternos, según las historias de mi padre, ellos si que eran antisociales con las visitas inoportunas, creo que algo de ellos heredé, ja, ja.
Un relato muy divertido y genuino.
Buen amanecer.
Dónde se puede comprar una cafetera así,... yo quiero una de esas con GPS. Muy ingenioso!
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