“Nombre de la detenida: Penny.
Edad: 2345 años. Síntomas: Aislamiento. Estado depresivo. La lectura de
pensamiento revela que si se queda muy quieta mirando las paredes la sujeto visualiza
una explosión perfectamente controlada que convierte la masa uniforme de
paredes y ventanas en fragmentos proyectados como al ralentí, siguiendo una
melodía de corte clásico que bien podría tratarse de las cuatro estaciones de
Vivaldi.” El doctor Alpha lee atentamente la introducción del informe ante
la atenta mirada del suboficial Beta de la sección de seguridad interplanetaria.
En la portada del informe en letras grandes aparece evidenciada
la confidencialidad del caso.
-
Parece que se trata de superpoderes -bromea.
Su colega no ríe el chiste. Lo encuentra anticuado teniendo
en cuenta que los superhéroes llevan más de medio siglo enterrados. Ambos se
quedan ensimismados en el papel mientras se oye el rumor de la cafetera que,
incapaz de contenerlo por más tiempo, expulsa el líquido azul de sus entrañas
llenando con su aroma el despacho principal de la sección de Riesgo
psicosomático.
El doctor Alpha prosigue la lectura del informe y se detiene
en un extracto del diario personal de la detenida que le indica el suboficial. “Enero 4016: las cuerdas de mi cerebro
hace tiempo que ya no vibran. Y en su lugar, hay un hueco hondo reservado al
zumbido del tren de las 07:45, de lunes a viernes. Se presenta puntualmente y
sus quejidos son la melodía macabra que acompaña el desfile de cuerpos
apresurados por tomar un asiento…. Y yo, tras los cristales y sintiéndome a
salvo, me dejo llevar por su suave traqueteo y me creo con derecho a conquistar
Troya en los 25 min que me separan de la próxima parada.”
-
Es lo que le dije doctor. El lenguaje es
incomprensible, rozando lo literario -el suboficial frunce el ceño en un gesto
de disgusto-. Por no hablar de la alusión a un medio de transporte que lleva dos
milenios en desuso -habla atropelladamente al tiempo que caminaba de un extremo
al otro del despacho-. ¿Y qué me dice de la mención a “Troya”?
-
Cálmese suboficial. Siéntese por favor, le
traeré una taza de café.
-
No, dígamelo doctor. Usted mismo presenció, como
yo, la destrucción de los clásicos en el año 3004.
-
Si, pero cálmese. Quizás la reclusa se refiera a
la vieja estación espacial del año 2045, también conocida como “Troya”.
-
No hay duda doctor. Las pruebas son
contundentes. Sólo falta que usted firme el diagnóstico que no es otro que…
- ¿Estrés laboral? – le interrumpe el doctor,
emitiendo su veredicto como quien nombra una constelación al azar. Se detiene
un momento y llena dos tazas de café-. Sí, estoy casi seguro.
El doctor Alpha mira al suboficial
por el rabillo del ojo y adivina un gesto de desaprobación, como de costumbre.
Él mismo está en desacuerdo, pero debe fingir y sobre todo ser imaginativo. Síndrome
de Asperoidesis, complejo de saturnino, disimetría encefálica aguda o exceso de
glóbulos tipo 0000001. Ejemplos de diagnósticos de enfermedades menores,
clásicos y atemporales. También nuevas incursiones como el desconocido “estrés
laboral” proveniente de un tratado antiquísimo que se remonta al 2018, todos
ellos valen para despistar la pericia del suboficial beta.
El suboficial levanta la mirada
y la dirige hacia el doctor que se encuentra ahora acomodado en el sillón de su
escritorio. Es consciente del teatrillo que sucede a cada encuentro: ambos
conocen perfectamente el diagnóstico, pero solo él desea formularlo en alto.
-Doctor Alpha – pronuncia con una
mirada significativa, sosteniendo con firmeza la taza de café que le entrega el
doctor. Usted sabe cómo yo que no se trata de eso- y pronuncia las ultimas
sílabas en un susurro propio de los cuentacuentos que ya no existen.
Los oídos del doctor escuchan como los de un niño al que se
le acaba de revelar una verdad incómoda. Y le viene a la cabeza como un
torbellino todos los historiales clínicos con diagnóstico falso. No se
arrepiente. Sabe todo lo que está en juego. Sus ojos cansados se posan en la
figura que tiene enfrente mientras bebe un sorbo de la taza caliente.
-Creo que le falta azúcar -dice y
acto seguido derrama un polvillo blanco sobre ambos cafés.
El suboficial espera impaciente la conclusión del caso.
Carraspea nervioso y se bebe de un golpe la taza. Pasados diez minutos el
doctor finaliza su informe con un diagnóstico preciso, se lo entrega al
suboficial para una última revisión. Y una vez que éste da su consentimiento,
ambos firman el documento que prescribe un curso de Yoga como remedio efectivo
contra el estrés laboral. El suboficial, satisfecho, abandona el despacho con
una amplia sonrisa no correspondida por el doctor. Solo cuando oye el ruido de
la puerta cerrarse, el doctor Alpha respira tranquilo, abre su cajón y aparta
con cuidado el libro de encantamientos mientras esboza una sonrisa pícara. Luego
pasea sus dedos sobre la vieja cubierta de ése otro volumen prohibido, última
edición, situado justo debajo. La emoción lo embarga nada más contemplar las
letras en relieve de un tono dorado que juntas adquieren todo su significado y constituyendo
el título de “la Ilíada”. Tanto es así que por un instante sus antenas se
elevan de puro placer.
Gracias, Araceli, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarGracias a ti David, por hacer posible éste concurso tan original. Un abrazo!
EliminarHermoso relato, Araceli, he disfrutado mucho su lectura. Tienes una prosa amena y clara lo que anima a la lectura. Y me ha gustado, también, la historia, los diálogos y sobre todo el desenlace. No sé decirte porqué me has llevado al reino de los sueños, la literatura es un hecho muy extraño que se completa con las locas interpretaciones que hacemos los lectores, como en este caso: la mía. Te deseo mucha suerte en el concurso del tintero.
ResponderEliminarAriel
¡Muchas gracias Ariel! Si he logrado hacerte conquistar el reino de los sueños me doy más que satisfecha. Era sobre todo el objetivo de la historia crear un escenario inquietante a partir del cual cada uno pudiese atar los cabos y crear su propio universo ficticio. Saludos.
EliminarAraceli
Una historia singular situada en un futuro muy muy lejano, que denota imaginación creativa y destreza narrativa producto, sin duda, de tu debilidad por la ciencia ficción. Estaría bien que tu relato resultase profético pues eso significaría que los libros en papel lograron sobrevivir.
ResponderEliminarSuerte en el concurso de El Tintero. Saludos cordiales, Araceli.
Gracias Paco. Veo que los dos hemos incluído un poquito de la mitología griega en nuestros relatos de El Tinter: tú con la alusión a Zeus y yo a Troya. Mucha suerte.
EliminarMuy bueno, Araceli. Juegas con una jerga inspirada en mundos que se suponen perimidos. Y a partir de Penny, revalorizas los tesoros de todos los tiempos: la magia de la fantasía, y la fe en los libros. Con pocos detalles, nos abres las puertas para caracterizar la época y los personajes. Buena suerte.
ResponderEliminar¡Gracias beba! Mucha suerte a ti también en El Tintero. Tu relato me ha gustado mucho, y prueba de ello el comentario que te he dejado.
EliminarHola Araceli, que peculiar tu historia, muy elaborada y original. El vocabulario acorde a esta historia futurista y esas conversaciones marcianas. No me imagino el estrés laboral como una enfermedad del pasadísimo, pasado, ni tampoco lo que será el complejo de Saturnino, ahora que se acuerden de Troya y de la Iliada, bueno, bueno. Lo que digo, me ha gustado mucho. No te veo más relatos en tu blog, pero espero seguir leyéndote. Saludos
ResponderEliminarHola Emerencia, gracias por tus palabras. "Saturnino" significa taciturno, triste, elegí esa palabra porque me gusta su sonoridad para un relato de marcianos, quizás sea porque es similar a Saturno...El blog recién está estrenado, es por eso que aún no hay gan cosa... pero con el tiempo se irá llenando. Saludos
EliminarBuen relato.
ResponderEliminarSuerte en EL TINTERO.
Gracias. Igualmente :-)
EliminarMe ha gustado tu relato Araceli, aún cuando en ciertos aspectos es enigmático y se presta a interpretaciones varias. Adivino una mente torturada por una vida casi eterna fruto de los avances científicos que en algún momento de ese futuro de produjeron, tantos años soportando la existencia sin que la liberadora muerte ponga fin a un sufrimiento perpetuo. Oficialmente la enfermedad no existe, y es que la revelación de esa verdad incómoda pondría sin duda en peligro los cimientos de una civilización que ha sabido como prolongar la vida pero no como hacerla soportable. En algún momento se prohiben los clásicos ¿tal vez porque hablan de ello, de la vida y la muerte? el motivo exacto se me escapa, el libro de encantamientos que parece socialmente aceptado habla del deseo de los poderosos por mantener unas mentes pueriles. Y como no, cuando algo se prohíbe surge de inmediato el tráfico clandestino, y hay todavía quienes degustan algo que estimule su imaginación.
ResponderEliminarSeguramente no he dado ni una con mi análisis jaja, pero es lo que se me ha venido a la mente después de leerte. te deseo mucha suerte en el Tintero.
Hola Jorge, gracias por este análisis tan profundo que sin duda le da al relato una nueva dimensión. Ése es precisamente mi deseo: que no haya una única interpretación. Por ello voy dando pistas que hacen que las mentes creativas, como la tuya, puedan reconstruir realidades que no necesariamente van a coincidir con lo que yo tenía en mente. Sobre la prohibición de los clásicos, lo consideré apropiado si pensamos en una sociedad que experimenta una revolución tecnológica, date cuenta que hablo de personas que viven más de 2000 años...En ese sentido concebí en mi imaginación una especie de dictadura que "explota" a los individuos para obtener el máximo rendimiento. Una sociedad llevada el extremo y que ejerce un estricto control sobre los individuos (hasta el punto de leer sus mentes). Por ello no creí cabida para la literatura. Tu interpretación sobre la inmortalidad y la no existencia de la enfermedad es muy interesante, yo no lo había pensado así pero sin duda le has dado una vuelta de tuerca al relato.
EliminarUn relato futurista que, como casi siempre que imaginamos el futuro, no se muestra muy alentador, lo que quiere decir que estamos construyendo un presente pésimo. Aunque hay algo de esperanza en tu historia, y eso está muy bien.
ResponderEliminarMucha suerte en el Tintero.
Un saludo.
¡Gracias Kirke! Quise añadir un toque de esperanza a un trasfondo pesimista.
EliminarUn saludo.
Un relato que me ha tenido estupefacta de inicio (con los años) hasta el final (con las antenas).
ResponderEliminarMucha suertte en el concurso, Araceli.
Un beso
Me alegro, Chelo, que haya causado ese impacto que dices. Fui dejando pequeños elementos sorpresivos por todo el relato con el fin de enganchar al lector hasta el final. Suerte a ti también !
EliminarUn saludo
hola Araceli!
ResponderEliminaren cuanto al relato, muy bien, resulta algo complicado pero tiene un encanto poco habitual. definitivamente uno de mis favoritos de esta edición de El Tintero. Me ha gustado en especial el final, pero eso seguro que ya lo sabes ;)
por otro lado, si no te importa voy a ser un poco indiscreto... y si te importa no tienes más que borrar este comentario y tan amigos, de verdad ^^... el caso es que siempre curioseo en los blogs cuando vengo a leer algo siguiendo un hilo y algo me ha llamado mucho la atención del tuyo. las imágenes que usas. ¿te has dado cuenta de que varias tienen la marca de agua del photostock de donde salieron? no sé si estas familiarizada con estas cosas, pero hay páginas que venden imágenes a compañías publicitarias, editoriales, diseñadores graficos etc... esas páginas ofrecen una muestra de muy baja calidad (pero suficiente para que sea bien una web) con una marca transparente que no impide ver la imagen pero que la marca como un producto de muestra. por lo general queda muy poco profesional usar esas imágenes en un producto final, como sería tu blog (que por otro lado usa una plantilla con un diseño que me gusta mucho). no es más que un consejo, como te decía puedes ignorar este mensaje, borrarlo y todos amigos, pero yo cambiaría esas imágenes por otras sin marca de agua. buscando un poco por internet seguro que puedes encontrar esas mismas sin la marca o alguna similar (para la de portada, que es la que más me duele ver, escribe "typewriter hands" en google y verás que te salen algunas muy similares a la que tienes) ;)
un saludo, nos leemos en la ceremonía!
Hola Sergio! Gracias por tu comentario, aprecio tu honestidad. Tanto es así que he reemplazado las imágenes con marcas de agua y ahora creo que lucen mejor :-) Lo único que en vez de las uñas en rojo ahora son rosas ! En cualquier caso tienes razón y es importante cuidad la estética del blog!
EliminarUn Saludo!
Hola Araceli. Me ha gustado mucho tu relato de ciencia ficción aunque pinte un futuro incierto y oscuro en cuanto a la cultura. Me recuerda en algunos aspectos a “Un mundo Feliz” de Huxley.
ResponderEliminarEn el pasado no es la primera vez que sucede la prohibición de libros, es una tónica de la intolerancia, hay multitud de referentes históricos, durante la guerra civil española y primera época del régimen Franquista, en el 80 en Buenos Aires, en mayo del 33 en Berlin quema de libro por los nazis , y un largo etc…) En literatura tenemos al mismísimo Hildago don Alonso Quijano, el Quijote, con el cura y el barbero quemando sus libros de caballería… y la literatura afirma, una vez más, que la temperatura idónea para que arda el papel es la de 451 grados fahreheit ;)
Por todo esto me ha encantado que escogieras como tema principal los libros (y su oponente, la prohibición de leerlos), y que por medio de la alienación a la que someten a tu pobre protagonista por haberse saltado los parámetros de “la normalidad” impuesta, y que sea el propio verdugo (el doctor) quien al final infringe las normas.
El modo frío que has empleado para contarlo es un plus, así como la mente inconexa de "la enferma", viajando al pasado (el tren) y hablando de forma rara (literaria según los doctores)
Pues eso Araceli, que como ves, he disfrutado con tu relato por la temática escogida (libros)a pesar de que el CIFI no es lo mío, pero el tema que has abordado por medio de él.
Te felicito Araceli.
¡Suerte en el Tintero compañera!
Hola Tara. Gracias por este análisis tan completo, es un gusto ver que te has zambullido de lleno en el relato. Tienes razón , definitivamente se nota el eco de "Un mundo Feliz", un clásico en el que no puedo evitar inspirarme si pienso en un universo futurista. Es curioso, has mencionado "451 grados fahreheit" pero yo aún no he tenido el gusto de leerla, sin embargo si conozco bien "Crónicas Marcianas", del mismo autor. Me parece muy certera tu reflexión sobre como a lo largo de la historia y en diferentes contextos represivos se desencadena una idéntica reacción contra la libertad de pensamiento que lleva a la quema de libros.
EliminarUn Saludo
Juerr me he enrrollao!!! :(
ResponderEliminarHola Araceli,
ResponderEliminarMuy original e intrigante trama donde la deshonestidad y abuso de poder a seguido su curso sin importar la infinidad de años. Me encanto ese final, que por cierto, no me lo esperaba. Un placer leerte y suerte en el tintero!
Buen relato! Suerte
ResponderEliminarSaludos
Hola, Araceli. Tu relato está muy bien logrado. El futuro ese que nos presentas tiene alguna esperanza.
ResponderEliminarUn gusto leerte.
Un abrazo